Afortunado el hombre que tiene tiempo para esperar
CdlB
Iba a escribirte cosas como esta:
“Has tenido paciencia, amigo mío,
y consigues al fin el justo logro”,
o estupideces así, por el estilo,
que me iban cabreando poco a poco
conforme las pensaba.
Olían a condescendencia, que no es moneda entre amigos.
Y es que allí, donde anida la paciencia,
no puede resistir por mucho tiempo
el ingrediente más débil de lo justo:
de la oportunidad te hablo;
de que aquello que ha de ser no espere a serlo,
no espere a formar parte del destino.
¿Cómo ha de conseguirse con justicia
el tiempo que no fue por desatino?
Así que sólo quiero mirar hacia delante.
Paciencia y barajar, es lo que toca.
Otra mano es la que ahora se disputa
y tú vas a jugar con cartas nuevas.
El tren de este momento está pasando
y espera que te subas sin demora
con tu flamante billete de primera.
¡Que te acompañe la suerte, amigo mío!
Mi cariño lo llevas por delante.
Alfredo Álvarez García
Badajos y febrero, 2016
Badajos y febrero, 2016